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El blog "En los zapatos de mi hij@ adolescente" ha sido elaborado con la misión de ayudar a padres y madres de adolescentes a comprender mejor a sus hijos/as: los cambios que están viviendo, sus nuevas relaciones, a qué dedican su tiempo de ocio...
El equipo profesional que gestiona esta plataforma está compuesto por dos profesionales de la psicología, un profesional de trabajo social, y un profesional de educación social.

sábado, 8 de junio de 2013

Huellas para comprender. El acoso escolar.

Para los adolescentes, el paso de Primaria a Secundaria supone un importante cambio. Las aulas del instituto suelen infundir a la mayoría de l@s jóvenes una menor percepción de seguridad, en relación a la que tenían en su colegio de Primaria. Se trata de una sensación, en general subjetiva, que en la mayoría de los casos desaparece pronto ante una la adaptación progresiva del escolar al nuevo entorno educativo. Pero en ocasiones, esta adaptación no sucede tal y como se espera, y esa menor percepción de seguridad con la que entraron en el nuevo ciclo educativo no desaparece, sino que decide quedarse. Una de las razones por las que puede aumenta esa percepción de inseguridad tiene que ver con el hecho de que las relaciones con sus iguales no sean tan buenas como esperaba que fuesen, llegando incluso a verse envuelt@ en una espiral de acoso de la que difícilmente podrá salir sin ayuda.

El acoso escolar o bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y constante que recibe un/a niñ@ por parte de otr@ u otr@s, que se comportan con él/ella cruelmente con el objetivo de someterl@ y asustarl@. 
Desgraciadamente el bullying está presente en todos y cada uno de los institutos de Educación Secundaria de nuestro país, y estos episodios de maltrato son sufridos por un nada desdeñable número de escolares.
Otro dato importante a tener en cuenta, es que sólo la mitad de los padres de alumnos acosados saben que sus hijos son víctimas. Así, por el hecho de que nuestro hijo pueda sufrir maltrato en el colegio, y las devastadoras consecuencias que a veces ello supone, es importante prestar atención a determinados signos o claves que podrían delatar o proporcionar “pistas” de la presencia de acoso:
  • Cambios en el comportamiento del niñ@, principalmente cambios de humor.
  • Tristeza, llantos o irritabilidad.
  • Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
  • Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos...
  • Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales, como gafas, mochilas, etc.
  • Aparece con golpes, hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
  • No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
  • No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
  • Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
  • Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.
Realmente no resulta fácil conocer ese tipo de problema en nuestros hij@s, porque generalmente, intentan por todos los medios, que el asunto pase desapercibido. Tienen mucho miedo a su agresor/a, y piensan que si dicen algo en casa, las represalias del atacante serán aun peor. Otras veces no lo cuentan en casa por vergüenza, o porque temen una reacción de sus padres indeseada, como que le echen en cara “su cobardía”, o que “tiene que aprender a defenderse solo, porque la vida es muy dura”. Todo se reduce, en realidad a un problema de confianza.
Es imprescindible entonces, es decir, absolutamente necesario, tener una comunicación fluida con él/ella. Al principio, costará, por las razones ya explicadas (tiene miedo a la propia reacción de sus padres, y tiene más miedo aún a la reacción de sus agresores si se enterasen de que ha contado a sus padres lo que la pasa), pero es prioritario conseguir generar en el chic@ confianza suficiente para que cuente todo lo que le ocurre en el instituto, sintiéndose, a la vez, segur@.  En definitiva la clave está en ganaros su confianza respecto a este tema. Con mucho cariño, háganle ver que estáis preocupados porque de un tiempo a esta parte le notáis raro, distinto, infeliz…y sabéis que algo le pasa aunque no sabéis qué exactamente. Recuérdenselo a menudo y plantéenle si tiene problemas en el colegio con algún profesor o con algún compañero. Ofrézcanle su ayuda y asegúrenle que no tomarán ninguna decisión sin contárselo a él. De esta forma comprobaréis como acaba contando lo que le sucede, pues seguramente será el primer apoyo que en mucho tiempo ha recibido, y verá el apoyo incondicional que le estáis ofreciendo como el punto de arranque para solucionar el problema.
Una vez reconocido el problema, será el momento de entrevistarse con el director/a del centro o con la jefatura de estudios para plantearle el problema y buscar una solución lo antes posible.
Nos gustaría acabar la sección con una perspectiva más positiva y resaltar que a pesar de lo expuesto, tampoco conviene angustiarse y alarmarse, porque la incidencia de acoso escolar realmente grave por su frecuencia e intensidad es sufrido por pocos escolares. Con esta sección lo que pretendemos es trata de impedir con antelación, que ese porcentaje de alumnos de entre 12 y 18 años que se ven involucrados en casos de abusos, acaben inmersos en incidentes realmente graves por el desconocimiento de los padres sobre esta realidad.

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